Guillermo se confiesa herculista y azulino pero también jugó en el primer equipo de su localidad natal, el Cádiz CF que lo fichó empezada la temporada 50/51 para jugar en Tercera. Su paso por el club amarillo sería efímero pues a la temporada siguiente un equipo de Primera, el Lérida, llama a su puerta y tiene la oportunidad de jugar a orillas del Segre. Durante los dos años siguientes, allí se curte como portero y vuelve a Andalucía para jugar en el Sevilla FC donde tropieza con la alargada sombra de Busto y sobre todo con Helenio Herrera con el que tiene diferencias, y ahí va otra peculiaridad de nuestro personaje pues Guillermo era un portero a la italiana ya que jugaba más adelantado de lo normal lo cual chocaba con la mentalidad del entrenador argentino . Por lo tanto tiene que buscarse la oportunidad de jugar y rechazando una oferta del Celta de Vigo llega cedido al CD San Fernando con Ángel Baleato de presidente y Antonio Molinos en el banquillo.
Compartía la portería con Camacho y el canario Víctor y tenía como compañeros a gente como Jiménez, Maluenda, Diego Lucas, Lora, Devesa, Luis Periñán, Ayala, Devesa, Genil o Uribarren a los que recuerda e incluso se sorprende de que algunos como Jiménez o Uribarren todavía sigan dando guerra –ya se sabe los viejos rockeros nunca mueren -. En la segunda temporada como jugador del San Fernando una lesión le apartó de la titularidad y aprovechó para terminar las dos asignaturas que le quedaban para obtener la titulación de ingeniero. Al término de la misma el Celta quiso ficharlo de nuevo pero sopesando vivir del fútbol o ejercer la profesión para la que se formó se decidió por lo más práctico aunque reconoce que “hoy en día no me lo hubiera pensado con los sueldos que se pagan en el fútbol”. Termina aquí su etapa como jugador de fútbol y comienza a navegar. Años más tarde jugaría algo más pero solo para matar el gusanillo en equipos como el Barbate o el Victoria del Puerto de Santa María.
Precisamente le preguntamos sobre las diferencias entre el fútbol que él vivió y el actual y nos resalta que la técnica que tenían los jugadores antes era mucho mejor que la actual y además había mucha más creatividad ya que hoy los futbolistas están mucho más atados por el sistema. De la misma manera opina sobre cómo se vivía el fútbol en La Isla en aquel entonces a diferencia de hoy “el domingo que el San Fernando jugaba era como un día de fiesta en la ciudad” , acentúa que ese día se notaba que jugaba el equipo desde primeras horas de la mañana por el gran ambiente que rodeaba al fútbol, “el San Fernando era parte importante de la ciudad”.
Preguntado sobre si tiene contacto con el San Fernando resuena la cantinela que parece ser común entre la mayoría de los ex del club de La Isla y es que este es nulo, si bien Guillermo se ha ofrecido recientemente a entrenar gratis a los porteros del San Fernando. Sí en cambio sigue teniendo contacto con el Sevilla siendo miembro de la asociación de ex futbolistas del club nervionense. Con el fútbol en general tras su etapa de jugador siguió ligado a él como entrenador de fútbol base habiendo sido cinco años delegado provincial del Colegio Andaluz de Entrenadores y profesor de metodología de la escuela de entrenadores. Además durante un tiempo fue comentarista en los partidos del Cádiz en la COPE así como participante en la tertulia cadista . Como vemos, nuestro hombre tiene una relación intensa con el fútbol pese a abandonar relativamente temprano la práctica profesional, relación que sigue presente en su vida pues Guillermo casado con tres hijas y un hijo en quien ve una posible continuidad en él, ya que juega como portero en el Ciudad de Cádiz cadete de último año, y le gustaría que iniciase el próximo año su etapa de juvenil en un equipo de La Isla .
Por último Guillermo nos relató alguna anécdota relacionada con el San Fernando y nos comentó que el San Fernando era un equipo extraordinario en aquella época, que practicaba un fútbol bonito y que era muy difícil de batir especialmente en Madariaga. En una de las dos temporadas que jugó de azulino se enfrentaron al Betis que tenía un equipo muy potente con gente como Vilariño, Peñafuerte, Gabilondo, Marcos Martín, Sabino Barinaga o el gran Luis del Sol. Los azulinos temían ser goleados en Villamarín pero les llegaron primas de diversa procedencia y Guillermo ganó solo ese día 1200 pesetas de la época. Al final el resultado fue de cero a cero.
Se hace siempre ameno y corto el tiempo hablando de fútbol y escuchando anécdotas y durante las casi dos horas que departimos con este superviviente del fútbol sentimos la sana envidia de no haber podido vivir aquellos años donde el cemento era algo que solo se intuía en los campos de fútbol y donde, a falta de otras emociones, el deporte del balón se vivía de una forma especial. Nosotros, el CD San Fernando, formamos parte de aquello, convendría no olvidarse de lo grandes que fuimos y siempre que tengamos la oportunidad de mantener todo este legado se lo haremos llegar a las nuevas generaciones.
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