domingo, 26 de abril de 2009

Guillermo, uno de los últimos supervivientes

"El San Fernando era parte importante de la ciudad”
ANTONIO GUTIÉRREZ / ANTONIO MARÍN / ANDRÉS GARCÍA CHICLANA Comenzamos con este reportaje una serie que vamos a dedicar en adelante a ex jugadores del CD San Fernando de diferentes épocas para repasar su pasado y presente y en especial su vinculación al equipo azulino .

El primer jugador que hemos elegido es Guillermo, uno de los pocos supervivientes que van quedando de aquel CD San Fernando que jugó la primera temporada en Segunda División. No deja de ser una persona peculiar pues nacido en Cádiz el 4 de diciembre de 1930 Guillermo Dellepiane Narváez fue ciudadano italiano hasta 1975, año en que pasó a ser español, por lo tanto es uno de los extranjeros que han jugado en nuestro club. Una historia más para unir al particular anecdotario de color azulino. Retirado hoy en día de la profesión que junto al fútbol ocupó su vida, ingeniero en los Astilleros, ocupa su tiempo enseñando italiano en el Aula de Mayores de la Universidad de Cádiz.
Quedamos con él en el estadio actual del CD San Fernando, muy alejado en tiempo y forma de aquella pradera en la que nuestro protagonista defendiera la camiseta isleña. Guillermo se lamenta del inexorable paso del tiempo y de la juvenil agilidad perdida aunque más bien es la agilidad física la que ha perdido el italo-español pues de su mente empiezan a brotar como un torrente recuerdos, nombres y vivencias.

Otra peculiaridad de este ex jugador es que a la pregunta sobre cuales son sus recuerdos sobre el San Fernando nos sorprende diciendo que el CD San Fernando es uno de los equipos de su vida a pesar de que solo estuvo dos años aquí. Sus comienzos fueron en el Levante de Cádiz, equipo en el que empezó jugando con dieciséis años en Tercera Regional , de allí fue al Hércules Gaditano donde estuvo dos temporadas y parte de otra, y aquí viene otra curiosidad pues el color azul es predominante en su carrera ya que casualmente el equipo gaditano vestía con los mismos colores que el CD San Fernando y que la UD Lérida donde más tarde jugaría.

Guillermo se confiesa herculista y azulino pero también jugó en el primer equipo de su localidad natal, el Cádiz CF que lo fichó empezada la temporada 50/51 para jugar en Tercera. Su paso por el club amarillo sería efímero pues a la temporada siguiente un equipo de Primera, el Lérida, llama a su puerta y tiene la oportunidad de jugar a orillas del Segre. Durante los dos años siguientes, allí se curte como portero y vuelve a Andalucía para jugar en el Sevilla FC donde tropieza con la alargada sombra de Busto y sobre todo con Helenio Herrera con el que tiene diferencias, y ahí va otra peculiaridad de nuestro personaje pues Guillermo era un portero a la italiana ya que jugaba más adelantado de lo normal lo cual chocaba con la mentalidad del entrenador argentino . Por lo tanto tiene que buscarse la oportunidad de jugar y rechazando una oferta del Celta de Vigo llega cedido al CD San Fernando con Ángel Baleato de presidente y Antonio Molinos en el banquillo.


Compartía la portería con Camacho y el canario Víctor y tenía como compañeros a gente como Jiménez, Maluenda, Diego Lucas, Lora, Devesa, Luis Periñán, Ayala, Devesa, Genil o Uribarren a los que recuerda e incluso se sorprende de que algunos como Jiménez o Uribarren todavía sigan dando guerra –ya se sabe los viejos rockeros nunca mueren -. En la segunda temporada como jugador del San Fernando una lesión le apartó de la titularidad y aprovechó para terminar las dos asignaturas que le quedaban para obtener la titulación de ingeniero. Al término de la misma el Celta quiso ficharlo de nuevo pero sopesando vivir del fútbol o ejercer la profesión para la que se formó se decidió por lo más práctico aunque reconoce que “hoy en día no me lo hubiera pensado con los sueldos que se pagan en el fútbol”. Termina aquí su etapa como jugador de fútbol y comienza a navegar. Años más tarde jugaría algo más pero solo para matar el gusanillo en equipos como el Barbate o el Victoria del Puerto de Santa María.
Le preguntamos por sus características como futbolista y se autodefinió como un portero intuitivo que jugaba con la inteligencia de anticiparse a la jugada, tal y como él mismo repite: "si un portero no es inteligente que se vaya a vender pirulines". En su tiempo su juego era polémico aunque hoy en día hubiera tenido más éxito con la importancia que tiene un portero que sepa jugar adelantado en el fútbol de hoy. Eso le valió los problemas comentados con Helenio Herrera y la incomprensión por parte de muchos. Y es que los entrenadores de la época eran duros como el propio Herrera o Max Merkel en el Sevilla y Antonio Molinos en el San Fernando. Con la ventaja que da el poder mirar atrás Guillermo comenta que en su momento el portero del Málaga, López, jugaba con el mismo estilo y que el tiempo le ha dado la razón. Otra de sus cualidades era la valentía pues dotado de una altura considerable salía de puños con decisión en cualquier balón aéreo que rondara su área. Su ejemplo a seguir era Manolo Bueno, el padre de Manolín Bueno.
Precisamente le preguntamos sobre las diferencias entre el fútbol que él vivió y el actual y nos resalta que la técnica que tenían los jugadores antes era mucho mejor que la actual y además había mucha más creatividad ya que hoy los futbolistas están mucho más atados por el sistema. De la misma manera opina sobre cómo se vivía el fútbol en La Isla en aquel entonces a diferencia de hoy “el domingo que el San Fernando jugaba era como un día de fiesta en la ciudad” , acentúa que ese día se notaba que jugaba el equipo desde primeras horas de la mañana por el gran ambiente que rodeaba al fútbol, “el San Fernando era parte importante de la ciudad”.


Entre sus recuerdos se queda con las personas que ha conocido y el haber sido parte de la historia del fútbol. Nos dice que mantiene una gran amistad desde que coincidieran en el Lérida con el italiano Sergio del Pinto que llegó en su día al equipo catalán procedente de la Lazio, también recuerda a Mario Durán jugador ilerdense que se casó con una artista famosa y en el Sevilla mantiene contacto frecuente con Juan Arza y recuerda la amistad de Manolo Doménech, de Pepillo con quien compartió pensión, Antonio Valero o Campanal , del San Fernando recuerda con cariño la amistad con Jiménez, Devesa, Luis Periñán, Genil –futbolista al que admiraba mucho- o Eduardo Ayala. Ciertamente uno tiene la impresión al oír hablar a los futbolistas de esa época de que en aquellos años las amistades entre los hombres de fútbol eran más fuertes que ahora en que parecen primar otros intereses.

Preguntado sobre si tiene contacto con el San Fernando resuena la cantinela que parece ser común entre la mayoría de los ex del club de La Isla y es que este es nulo, si bien Guillermo se ha ofrecido recientemente a entrenar gratis a los porteros del San Fernando. Sí en cambio sigue teniendo contacto con el Sevilla siendo miembro de la asociación de ex futbolistas del club nervionense. Con el fútbol en general tras su etapa de jugador siguió ligado a él como entrenador de fútbol base habiendo sido cinco años delegado provincial del Colegio Andaluz de Entrenadores y profesor de metodología de la escuela de entrenadores. Además durante un tiempo fue comentarista en los partidos del Cádiz en la COPE así como participante en la tertulia cadista . Como vemos, nuestro hombre tiene una relación intensa con el fútbol pese a abandonar relativamente temprano la práctica profesional, relación que sigue presente en su vida pues Guillermo casado con tres hijas y un hijo en quien ve una posible continuidad en él, ya que juega como portero en el Ciudad de Cádiz cadete de último año, y le gustaría que iniciase el próximo año su etapa de juvenil en un equipo de La Isla .

Por último Guillermo nos relató alguna anécdota relacionada con el San Fernando y nos comentó que el San Fernando era un equipo extraordinario en aquella época, que practicaba un fútbol bonito y que era muy difícil de batir especialmente en Madariaga. En una de las dos temporadas que jugó de azulino se enfrentaron al Betis que tenía un equipo muy potente con gente como Vilariño, Peñafuerte, Gabilondo, Marcos Martín, Sabino Barinaga o el gran Luis del Sol. Los azulinos temían ser goleados en Villamarín pero les llegaron primas de diversa procedencia y Guillermo ganó solo ese día 1200 pesetas de la época. Al final el resultado fue de cero a cero.
Se hace siempre ameno y corto el tiempo hablando de fútbol y escuchando anécdotas y durante las casi dos horas que departimos con este superviviente del fútbol sentimos la sana envidia de no haber podido vivir aquellos años donde el cemento era algo que solo se intuía en los campos de fútbol y donde, a falta de otras emociones, el deporte del balón se vivía de una forma especial. Nosotros, el CD San Fernando, formamos parte de aquello, convendría no olvidarse de lo grandes que fuimos y siempre que tengamos la oportunidad de mantener todo este legado se lo haremos llegar a las nuevas generaciones.


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