domingo, 17 de mayo de 2009

Cantón, de Basauri a La Isla

“El San Fernando siempre ha tenido problemas de dinero, pero como hoy en día no”
ANTONIO GUTIÉRREZ / ANTONIO MARÍN / ANDRÉS GARCÍA CHICLANA Llegamos al bar “Chemari”. Preguntamos por Cantón. El que nos atiende es hijo suyo. Se muestra muy amable en todo momento. Esperamos pacientemente a que llegara. Mientras ojeamos algunos recuerdos a la vista de su paso por el fútbol e incluso un libro de la historia del Baskonia en sus 75 años de historia, en el que aparece la foto de Cantón con unos cuantos años menos. Siete de la tarde y aparece por la puerta Pepe Cantón, quien a pesar de su edad muestra mucho porte y hechuras de deportista. Como vasco que es, se muestra un tanto frío en principio, pero poquito a poco con el calor de la conversación, se va abriendo y animando con sus bellas anécdotas y sus hazañas como futbolista.


José Cantón Landazuri nació en Basauri el 23 de marzo de 1937. Sus primeros pinitos como futbolista los hizo en el Basauri B.E.A. en Regional, pero en un equipo que eran todos chavales. Se muestra dolido por haber perdido la posibilidad de fichar por el Firestone juvenil que a la postre fue campeón de España, con gente como Chus Pereda. Lo recuerda con nostalgia. En 1956 firma por el Baskonia. Permanece durante dos temporadas, concretamente la 56-57 y 57-58. En su primera temporada ya consigue el ascenso a la Segunda División. Nos enseña con amabilidad un libro sobre los 75 años de la historia del Baskonia. En él aparece una alineación de la temporada con él como jugador. Se nota en seguida que es él por su forma de colocarse, con el balón entre las manos. Fue máximo goleador. Pepe nos cuenta que en el equipo baskonista “ éramos chavales jóvenes todos”. Nos cuenta que algunos de los que estuvieron con él fueron el portero Calvo y Beaskoetxea quienes luego fueron al Valladolid (más tarde jugaron en el Xerez) y Rentería que fue al Athlétic.

Sus buenas temporadas le lleva a firmar por el Rácing de Santander, donde juega dos temporadas 58-59 y la 59-60. La primera de ellas suben a Primera. En Santander no jugó todos los partidos, pero era asiduo siendo Louis Hon el entrenador (este es un francés que entrenó también al Betis). Le pedimos que nos cuente algo que recuerde con agrado de su estancia en el Racing. En seguida nos responde que en un partido de presentación marcó gol a Carmelo Cedrún (en la defensa jugaba Garay).

Recurrimos a la típica pregunta de cómo llegaste al CD San Fernando. Nos manifiesta que “había mucha gente del País Vasco en el equipo entonces: de Basauri estaba Elorriaga, pero también Petralanda de Durango o los donostiarras Etxarri y Etxezarreta.” Le gusta nuestra tierra y permanece en nuestras filas cuatro temporadas. La última coincide justamente con la del descenso a Tercera División. Fue el máximo goleador del equipo. Cree que el éxito del equipo estaba en que no destacaba nadie en especial, pues lo más importante era el bloque, que el San Fernando era un equipo correoso, muy difícil de batir. Insistimos en que nos dijera cuál es el mejor futbolista que ha tenido a su lado en el CDSF. Le cuesta contestar, pero de repente contesta: “Mariano, podría haber llegado más lejos”.

Nos cuenta que la vida en torno al club era diferente, había una afición muy fuerte al equipo, el público animaba mucho. Nos llama la atención de un acontecimiento sin igual que nos cuenta. Partido contra el Málaga en Madariaga con la mayor entrada de la historia. Los malagueños se jugaban ascender a Primera y vinieron unas 3000 personas de Málaga. En el campo cabían unas 4000 personas. Aquel día podía haber 6.000, incluso muchos se metían dentro del césped. Vale la expresión aquí de no cabía un alfiler.

Tocamos el tema económico. Nos sorprende con su afirmación: “El San Fernando siempre ha tenido problemas de dinero, pero como hoy en día no.”

Otro hecho que recuerda con cariño es el partido jugado por el CDSF en la Copa contra el Zaragoza de los cinco magníficos. También se enfrentaron en esa competición a Espanyol o Real Sociedad.

Llegamos a 1964, fecha en la que ocurre muchos acontecimientos para su vida personal. Por un lado, se casa con una isleña, hija de Zambonino. Con ella tuvo dos hijos cañaíllas. Por otro lado, el equipo desciende y decide marcharse a Tarragona a jugar en el Reus. Allí se desplaza ya casado. Deja atrás cuatro años magníficos, 34 goles en cuatro campañas, siendo el máximo goleador del CDSF en 2ª, por delante de Mendi y Chispa.
En el Reus jugaban un viejo conocido como es Petralanda. A la siguiente temporada se marcha al Nástic de Tarragona y coincide con Etxarri. Por supuesto, en ambos equipos fue máximo goleador. Por ejemplo, en el Tarragona marca 24 goles del total de 69 marcado por el equipo.

En 1966 decide volver a bajar al Sur. Ficha por el Cádiz CF. Solo permanece una temporada. No juega todo lo que quisiera. Afirma que por primera vez en su vida futbolística juega de defensa en un partido disputado en Huelva. El técnico que lo puso ahí fue Julio Vilariño. Más adelante sería un puesto frecuente para él. En el equipo amarillo marca dos goles solamente, cifra poco acostumbrada para un goleador como él. El Cádiz quedó clasificado en el puesto 8 de los 16 equipos que conformaban el grupo II de 2ª.
Acepta la oferta de volver al San Fernando. Aquí se queda hasta su retirada definitiva del fútbol. Su mejor recuerdo de este segundo capítulo azulino se remonta al ascenso conseguido de Regional a 3ª división. Nos cuenta que “aquel ascenso se vivió mucho porque había ganas de volver a la Tercera.” El entrenador que le dirigió fue Diego Mendoza.

Cuelga las botas al final de esta temporada. Pronto comienza su etapa como entrenador en el Hércules de San Fernando. A partir de aquí sigue entrenando a otros equipos: Puerto Real CF y Atlético Sanluqueño, ambos en dos etapas, Rácing Portuense, Chiclana y Conil. En todos ellos consiguió buenos resultados, ascendiendo con alguno de ellos (el Puerto Real y el Sanluqueño). Era un entrenador práctico que le gustaba el juego a un toque (insiste mucho en ello). Recuerda la consigna de Santiago Núñez: “¿Dónde está el contrario? ¿Dónde está el balón? ¿Dónde estoy yo?”. Para él era muy importante como entrenador mantener la concentración. Como entrenador recuerda con agrado a jugadores a sus órdenes como Blanquito (al que tuvo en el Hércules), Federico (al que tuvo en el Puerto Real) o el chiclanero Guzmán.


En 1990 el CD San Fernando de Rodríguez Bernal le ofrece la secretaría técnica, pero lo dejó y así dejó el fútbol. Desde entonces se desliga del fútbol. Hoy en día su relación con el mundillo del fútbol es prácticamente inexistente. No ve mucho fútbol ni siquiera en la tele. Sus gustos futbolísticos tiran hacia el Athlétic, pero si gana el San Fernando o el Cádiz se alegra. No se considera un fiebre del fútbol.
El último partido que ha visto en directo fue el San Fernando – Amurrio de la liguilla de ascenso. Reconoce que “el partido fue feo”.

Finalmente le insistimos en su relación actual con el CD San Fernando y dice que fría, aunque el presidente o algunos directivos van a tomar café al bar que regenta. Argumenta que “no ha cuidado nunca a sus ex jugadores” y que además le ha dejado dinero a deber.
Del fútbol actual le gustan los jugadores que tiene el Barcelona en el centro del campo, así como Messi o en defensa Puyol y Piqué. También le gusta Silva del Valencia o del Athlétic Llorente, Susaeta o Iraola.
Tras largo tiempo charlando sobre lo divino y lo humano con Pepe Cantón nos despedimos de este gran delantero, rompedor, a la antigua usanza que no tenía miedo de ir al choque. Las pruebas nos las da: “en un partido contra el Cádiz me dieron un rodillazo en el pecho y estuvo echando sangre por la boca. Y contra el Espanyol perdí algunos dientes.” Gracias Cantón por el fútbol que nos brindaste.