Jesús Mª Bernal
Aparicio “Puli” (La Isla, 03/05/1977) puede presumir de ser uno de los pocos
futbolistas que ha logrado hasta 3 ascensos con el equipo de su ciudad. Después
de salir de su tierra siendo muy joven, regresó en la etapa final de su
carrera, participó activamente en los éxitos del club y se retiró con la
sensación del deber cumplido.
Repasamos con
detalle una carrera futbolística que empieza en la UD San Germán, uno de los
clubes históricos del futbol base isleño, si bien, nos confiesa que antes
empezó jugando a fútbol sala en su barriada, en el equipo de la Asociación de
Vecinos Luz del Carmen. Tras pasar también por el Águila, llega al juvenil del
CD San Fernando con 16 años y consigue debutar con el primer equipo, siendo
todavía juvenil.
De esa primera
etapa como futbolista Puli quiere destacar especialmente a
Antonio Durán, que desgraciadamente nos dejó hace poco “fue una persona muy
importante para mí, pues evitó que yo dejara el fútbol en una etapa complicada
de mi vida. Gracias a Antonio, que en paz descanse, continué jugando al fútbol
y conseguí desarrollar una larga carrera profesional”.
Tras dos
temporadas completas en el CD San Fernando, quedándose a las puertas del
ascenso en la segunda de ellas, con Antonio Cama como entrenador, a Puli le
llega en el verano de 1998 una oferta de uno de los clubes punteros de la 2ª B
de entonces, la AD Ceuta.
“No me resultó fácil al principio,
era la primera vez que estaba fuera de casa, en una ciudad muy diferente, donde
conviven culturas distintas etc. Pero la verdad es que tuve mucha ayuda del
club y de los aficionados y en seguida empecé a encontrarme a gusto allí además
de que las cosas empezaron a funcionar también en lo deportivo”.
Y es que, tras un primer año de
adaptación, en su segunda temporada en tierras ceutíes se sale, y con 16 goles
colabora en el subcampeonato del club caballa que además roza el ascenso a 2ª
División, aunque al final no lo consigue tras un polémico partido en Ferrol.
Ya en esos
momentos Puli empieza a mostrar las cualidades que le
acompañarían durante el resto de su carrera: oportunismo, gran capacidad de
remate, velocidad, técnica… un jugador que iba a hacer del gol su seña de
identidad.
Esa brillante
temporada le abre las puertas de un grande como el Sevilla FC, que en esos
momentos estaba en 2ª División.
“Al
principio no me lo creía, pero luego Monchi me confirmó que estaban muy
interesados y como el Sevilla no pasaba por una buena situación económica, se acordó
con el Ceuta que saliera cedido con opción de compra”.
Las cosas, sin
embargo, no le fueron bien en el club de Nervión “pienso que no tuve las
oportunidades que merecía y no pude demostrar mis capacidades; entiendo que
había una competencia enorme y de hecho el Sevilla ese año termina campeón con
gran autoridad y asciende a Primera, pero a pesar de ello no guardo ningún
rencor hacia el míster Caparrós, al que considero un gran motivador y que
conseguía sacar lo mejor de cada uno. Aprendí bastante de la experiencia”.
La cesión
termina antes de lo previsto, en el mercado invernal, regresando a Ceuta donde
todavía permanece un año más.
En 2002 Puli ficha
por otro gallito de la categoría: el Real Jaén, donde permanecerá tres años,
aunque el comienzo fue difícil pues “en pretemporada sufrí una grave lesión
apenas 1 semana de empezar la liga, y no pude debutar hasta marzo, pero
colaboré en la permanencia de una temporada difícil”.
Sin embargo, al
año siguiente, teniendo como entrenador al catalán Josep Mª Nogués, realiza una
gran temporada, y consigue 13 goles.
Al año
siguiente, con la llegada de José Jesús Aybar, pierde protagonismo y decide
poner fin a su etapa en la ciudad del Santo Reino.
Surge entonces
la opción del Écija Balompié, también en 2ª B, pero con un proyecto mucho más
modesto; el técnico Miguel Rivera lo convenció y Puli no se arrepiente “porque
con Miguel disfruté muchísimo pues teníamos un sistema ofensivo y es uno de los
mejores entrenadores que he tenido”.
El equipo
astigitano realiza una gran temporada y roza el playoff de
ascenso, terminando quinto a pesar de contar con uno de los presupuestos más
bajos.
Para Puli es uno de sus mejores años pues logra nada menos que 17 goles siendo el Pichichi del grupo IV de 2ª B. Era ya un delantero consagrado en la categoría y los mejores pujaban por hacerse con sus servicios.
Y llega por fin en el verano del 2006, donde
surge la oportunidad de volver a La Isla. Puli nos cuenta que
a pesar de que le surgieron ofertas de varios equipos punteros de 2ª B,
coincide en vacaciones en San Fernando con Canito, que le traslada
el proyecto que se está gestando en el Club Deportivo y del que él ya formaba
parte. Esto hace que Puli no lo dude “le dije a mi
representante que se olvidara de otras ofertas de 2ª B porque yo quería jugar
en mi casa, aunque fuera en 3ª” y así fue como firma por 3 temporadas con
el reto de regresar a 2ªB.
En el CD San
Fernando coincidirá un año más tarde con Antonio Iriondo del que Puli habla
maravillas “para mí ha sido un entrenador muy especial tanto por sus
conocimientos como por su forma de llevar el vestuario sobre todo en los
complicados momentos que tuvimos que pasar”.
Tras una primera
temporada en la que las lesiones no le dejan mostrar su mejor versión y el
equipo cae ante el Conquense en la fase de ascenso, la temporada siguiente
(07/08) ya con Iriondo en el banquillo, el año es espectacular tanto a nivel
personal como de equipo. Puli anota nada menos que 23 goles,
el último en el decisivo partido del ascenso ante el Amurrio, un gol muy
especial “para mí es el mejor gol de mi carrera, tanto por su estética como
por lo que significaba, fue un momento inolvidable”. El equipo que había
quedado campeón en el grupo X realiza una fase de ascenso perfecta y retorna 2º
B.
Sin embargo, los problemas económicos
ya empezaban a mostrarse “logramos el ascenso a pesar de que llevábamos
6 mensualidades sin cobrar” y en el verano del 2008 se produce la
salida de los dirigentes de Madrid y el club queda en manos de una directiva
local que con la ayuda de los socios consigue en el último momento empezar a
competir aunque con muchísimos problemas y con un futuro muy negro: “mientras
que estuvimos cobrando competimos bien, pero cuando empezaron a acumularse
impagos, la cosa se fue complicando, y al final todo acabó como acabó. Fue una
temporada durísima y el recuerdo más triste de mi carrera”.
Tras el verano,
y con la refundación echa a andar el nuevo San Fernando Club Deportivo, que
empezará a competir en Primera Andaluza y donde solo Puli y Canito permanecen
de la etapa anterior; Puli tuvo muy claro que debía continuar
“se lo prometí a mi padre, aficionado azulino de toda la vida: no me iba a
retirar hasta conseguir ver de nuevo al San Fernando en 2ªB”. Y
lo terminó cumpliendo.
El Club compite
en 1ª Andaluza y retorna, no sin apuros, a categoría nacional al año siguiente.
De esa temporada, nos destaca Jesús cómo revivió la experiencia de jugar en
campos de equipos muy modestos incluso de albero como el del At. Zabal, que
recordaba de su época de juvenil y donde supieron adaptarse a las
circunstancias.
Ya en Tercera, tras dos intentos,
vuelve por fin a 2ªB en 2012, el año que Puli decide colgar
las botas “ya tenía 35 años, había sufrido dos nuevas lesiones graves de
rodilla y yo tenía claro que ya no tendría el nivel de antes; quería retirarme
yo, antes de que el fútbol me retirara a mí”.
Y se retira a lo
grande, con un nuevo ascenso y además marcando su último gol en la fase final “es
un gol inolvidable, el número 106 de mi carrera, en Valencia, en la Ciudad
Deportiva del Levante UD y lo celebré con todos los aficionados isleños
desplazados”.
Pudo Jesús
cumplir su promesa colocando la bufanda en la estatua de Varela en junio de
2011 y poniendo fin a una exitosa carrera.
Y tras ese
ascenso en 2012 Puli decide colgar las botas: “yo quería
retirarme del fútbol antes de que el fútbol me retirara a mí. Había sufrido dos
graves lesiones de rodilla en los últimos años, tenía ya 35, y sabía que mi
rendimiento ya no iba a ser el de antes, así que decidí dejarlo”. Y como no
podía ser de otra forma, su San Fernando supo estar a la altura y le organizó
un homenaje muy emotivo, con un enfrentamiento frente al Sevilla FC y
donde Puli decidió retirarse al llegar al minuto 11 (su
dorsal) en medio de la ovación de todos los compañeros y rivales, y de la
afición azulina.
Él lo recuerda
emocionado, y agradecido a la directiva encabezada por Dani Luna
y a Monchi por parte del Sevilla FC, en una jornada
inolvidable y donde nuestro protagonista no pudo contener las lágrimas.
A pesar de su
pasión por el fútbol, Puli no ha seguido ligado a él: “Tenía
claro que no quería ser entrenador. No me hubiera importado seguir ligado al
club en otra parcela, pero no se ha dado la opción”.
Esto no impide
que siga muy pendiente de la actualidad azulina “la gente puede pensar que no
es así porque no voy al estadio, pero es que las pocas veces que he ido lo paso
fatal porque me entran ganas de bajar al césped a rematar yo. Pero sigo con mi
padre los partidos cada semana, celebro los triunfos y me enfado con las
derrotas”
Puli cree que
el año pasado se hizo una temporada notable y faltó muy poco para jugar la fase
de ascenso a Segunda, y que este año el equipo irá a más poco a poco, pues la
competición es muy dura y hay rivales muy fuertes, pero confía en que se logre
el objetivo de la permanencia.
A lo largo de su
carrera ha compartido vestuario con grandes futbolistas, pero especialmente se
queda con dos: con Canito “porque además de ser un gran
futbolista, me une con él una gran amistad” y con Pedro Ríos “lo conocí
en el Ceuta y ya entonces intuía que llegaría lejos en el fútbol, como así ha
sido, y mira por dónde terminó su carrera en el San Fernando”.
En cuanto a
referentes confiesa no haber tenido ninguno en concreto pero que cuando veía
jugar a Zidane, disfrutaba muchísimo.
Y así terminamos
nuestra chara con Jesús Aparicio Bernal, un isleño de pura cepa que nos ha
regalado momentos maravillosos a los aficionados azulinos y que puede presumir
de tener tres ascensos con el equipo de su ciudad, y romper el dicho
porque Puli, ha sido profeta en su tierra.
Javi Ramírez
Salazar