viernes, 24 de julio de 2009

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José Sevillano, presidente por accidente.

Pasados casi cincuenta años de su mandato recuerda con extraordinaria lucidez su paso por la dirección azulina.
ANTONIO MARÍN. Viernes por la mañana. Calle de la Plata. Allí nos dimos cita con un hombre de 79 años, locuaz, simpático, amable, educado y dotado de una memoria excelente. Todos sus conocidos le llaman Pepín. ¿De quién hablamos? De don José Sevillano Pérez, antiguo presidente del CD San Fernando en la temporada 61-62.
Nos recibe vestido de verano y curiosamente con una camisa celeste que recuerda los colores que vestía nuestro querido equipo hace varias décadas. Nos invita a pasar y nos sentamos. Pronto comienza una cálida entrevista. ¿Entrevista? Prácticamente no le hago preguntas. Empieza a contarnos sus vivencias cronológicamente, desde que llegó a la directiva azulina hasta su marcha.


La temporada anterior tuvo como presidente a Martínez Doblas, quien me cuenta que tenía un pequeño establecimiento (cree recordar que una droguería) en el Carmen. Pepín había estado tres o cuatro años como vocal en la directiva del citado presidente. Mtnez. Doblas abandona el club por unos achaques personales (es justamente la palabra que emplea). Comienza una sucesión de juntas y más juntas para decidir quién coge la presidencia del por aquel entonces Decano de la Segunda División. Nos cuenta que todos se negaban a serlo. Y aquí comienza una bonita anécdota. Pasa el tiempo y el club sigue sin presidente. Llega una amenaza de la Federación Española de Fútbol. En la carta enviada invita al CDSF a elegir presidente o debían correr el riesgo de desaparición. Pasa el tiempo y el alcalde García Ráez decide tomar cartas en el asunto. Convoca a cincuenta personas influyentes de la Ciudad y aficionadas al San Fernando. Pasan y pasan las horas y nadie decide dar el paso al frente. Cuenta Pepín que una deuda de medio millón de las antiguas pesetas provocaba esa desazón por la presidencia. En la actualidad es una cantidad irrisoria, pero imaginaros a principios de los sesenta lo que suponía. Uno de los convocados tuvo la brillante idea de colocar el nombre de cada uno de los convocados y sacar un nombre al azar. Finalmente se descarta la idea. Don José decide asumir la presidencia. Según nos cuenta, a él jamás se le había pasado por la cabeza ser presidente. Le puso a García Ráez una condición: no hacerse cargo de la deuda de 500.000 pesetas. Quería empezar con cero pesetas de deuda.
Cuando llegó a su casa, le abrió su mujer y le dijo las siguientes palabras que cito textualmente: “Loli, te saluda el nuevo presidente del CD San Fernando”. La mujer le acusó de estar loco. Añado yo: bendita locura. Cabe añadir aquí que su suegro, Adolfo Baturone Colombo, fue con el tiempo Ministro de Marina desde 1969 hasta 1973.
Al día siguiente por la mañana acudió puntualmente a la cita con el Alcalde y éste le endosó el dinero de la deuda. Se guardó el dinero debajo de su camisa (lo cuento tal como me lo cuenta él) y se fue raudo y veloz para su casa a esconderlo en un armario. El dinero había sido entregado a fondo perdido por gente influyente de La Isla. Duda si fueron 50 personas que dieron diez mil pesetas o diez personas que dieron cincuenta mil.
“Habemus presidentem”. Eligió para su directiva a dos vicepresidentes: Ángel Baleato (el presidente del ascenso a Segunda) y Juan Márquez Benítez (propietario de una famosa empresa de muebles, muebles Márquez). Él recuerda con especial cariño y admiración a Juan Mossig Navarro, un jefe de compra de la Bazán, que le llevaba los temas económicos de forma desinteresada. Juan no quería más pertenecer a la directiva del CDSF por falta de seriedad, confiesa Sevillano, y continúa diciendo que ayudaba como el que más. “Yo le llevo todo, pero no entro el club”, le señaló Mossig a Sevillano. Recordamos que el club en aquel momento se encontraba en General Serrano, a la altura aproximada de donde está actualmente viajes Rico.
Retrocedemos en el tiempo y recuerda al Chispa cuando llegaba de marinero a los vestuarios, al Cría apuntando con el balón a un arbolito que existía cerca del vestuario. Confiesa ser un seguidor del Cría: “lo mirábamos como un fenómeno”. Recuerda también los tiempos de los Once Diablos en Madariaga y a su delantero centro al que llamaban “el Filete” y a los hermanos Agabo.
A José Sevillano y su directiva le tocó remodelar el equipo. Uno de sus primeros pasos fue dar la baja a Lolín. Fue muy criticado por ello, dado que era uno de los ídolos de la afición. Sevillano confiesa que “ya no era una garantía en la defensa” y a eso se unía la falta de liquidez económica. Lolín era el jugador más caro de la plantilla y había que recortar gastos. Cree recordar que ganaba 110.000 pesetas al año. Se le ofreció reducir la ficha a 100.000 pesetas pero no lo consintió.
Para cubrir la baja de Lolín se recurrió a colocar en ese lugar a Echarri. Esto significaba bajarlo de medio centro a defensa. La defensa hacía aguas. Se echaba de menos un central, pero el dinero escaseaba y se parcheó la situación hasta Navidad.
El técnico era Soler, antiguo defensa del Valladolid. Soler había hecho la mili en la Carraca y había conocido al citado anteriormente Mossig. Aquí Soler entrenaba y no cobraba. Vivía en una pensión en Sánchez Cerquero. En Navidad vinieron los de Pucela por él y se marchó. Cuenta la anécdota de que tres directivos se plantaron en su casa en Doctor Cellier ya de noche. Se presentaron: “somos directivos del Valladolid y venimos por Soler”. Él confiesa que incluso ya estaba en la cama acostado y comido. Se tuvo que volver a vestir y se los llevó a la Venta de Vargas. Allí se firmó la marcha del técnico. Se lo llevaron en un coche particular.

También en Navidad se decidió traer un central. Llamaron a un conocidísimo representante (antes llamado corredor) de futbolistas de la época, popularmente llamado “Manolete”. Éste le dijo: “tienes allí mismo en San Fernando, en el Cuartel de Instrucción, a un grandísimo central. Le hablaba de Martínez Fabré (q.e.p.d.). Pertenece al Condal. El FC Barcelona lo había tenido a prueba ya, pero como delantero centro. Cuenta Sevillano: “cogí la moto y me fui al Cuartel de Instrucción. Allí estaba Martínez Fabré con su Lepanto. Lo hablamos y lo fichamos. El Condal nos lo cedió.” El resultado fue sensacional. Triunfó como central.


Pepín Sevillano es una fuente continua de información. Enlaza temas y temas a la velocidad del viento. Es digno de resaltar la exactitud de sus explicaciones. Casi no nos da tiempo de tomar nota. Intentamos memorizar sobre todo la información.
A continuación nos habla de Magán, un delantero chiquitito que llegó procedente del Rayo Vallecano. Llegó recién comenzado el campeonato. Nos cuenta (aún me río al recordarlo) que echó a Magán del CDSF por “gafe”. Siguió los consejos del “Abogado” Elorriaga. Éste le insinuó al presi: “nos vamos a Tercera, si no echa a Magán. Es un gafe. Ha bajado a todos los equipos donde ha jugado: al Madrileño, al Rayo, .. y ahora nos va a bajar a nosotros”. ¡Vaya tesitura para el presidente ¡ Magán era el máximo goleador del equipo y recibió la baja “por ser gafe”. Estas mismas palabras les dijo Sevillano a Magán, quien posteriormente fue a juicio.
Se le abren los ojos al recordar un partido que ya vivimos con la entrevista a Cantón. ¿De qué partido hablamos? Del partido de aquella temporada contra el Málaga. Se agotó el papel. Nos cuenta que vendían las entradas en General Serrano y se colaron muchísimos aficionados malaguistas. Tras agotar el talonario de entradas y dada las penurias económicas del equipo decidió vender entradas sobrantes de un partido anterior de Copa del Generalísimo ante el Osasuna. Avisó a los aficionados de que no había sido ningún error, avisó a los taquilleros para que no pusiesen impedimentos. El Marqués de Varela, con la gente sentada en el interior del campo, con el aforo completo, presentó una de sus mejores galas. Cree recordar que fueron unas 320.000 pesetas de recaudación para unas arcas vacías. Llegó la oportunidad de aprovechar el taquillazo y así se hizo.
Como hemos dicho antes que se había despedido a Magán, con el equipo en puestos de descenso se fue junto con Fernando Barbacil a Sevilla a contratar un delantero. Barbacil tenía muy buenas relaciones con el Sevilla FC. Allí tenía las puertas abiertas. Fueron a por Bancalero y volvieron con Aguilera. El técnico Diego Villalonga les confesó que si querían verdaderamente salvar al equipo, que no se llevasen a Bancalero, llevaros a un delantero que está separado del equipo y declarado en rebeldía. Éste no era otro que el internacional y mundialista paraguayo Aguilera. Aún recuerda el señor Sevillano la dirección: “calle Arjona, número 7”. A las nueve de la noche llegamos a su casa. Allí estaba sentado en el comedor con una copa en la mano, “pegando bandazos”. Nos preguntamos: “¿éste es Aguilera? Fueron sinceros y le confesaron que “no tenían una gorda para pagarle”. Podrían ofrecerle veinticinco mil pesetas si conseguían la salvación. Aguilera puso sus condiciones: “entrenaré cuando yo quiera, miércoles, viernes y el domingo a jugar”. Así fue. Llegó, vio y goleó. Aguilera se convirtió en el ídolo de la afición esos meses. Sus goles fueron decisivos y el equipo se salvó. Pepín mira hacia arriba y en seguida nos cuenta el gol que le marcó al Málaga, “desde fuera del área, con un efecto impresionante, pegado al palo, “de latiguillo”, como le decía Manolo Barrera.”
Recordamos que se había ido Soler y se contrató a Santiago Núñez. Tuvo sus dudas con él porque habían tenido un incidente en un partido contra el Córdoba, equipo al que había entrenado temporadas anteriores. Recuerda que fueron unos insultos que él propinó a Núñez camino de vestuarios. Al final se le contrató y fue lo mejor que le pudo pasar al CD San Fernando.
Pasa de repente a contarnos cómo vendió a Mariano Ayán tras un malentendido. 500.000 pesetas tuvieron la “culpa” de que Mariano fichara por el equipo hispalense. Nos relata que en la primera reunión que tuvieron hubo una confusión. El presidente sevillista era Ramón de Carranza y Gómez-Pablo. El CDSF pensaba que el Sevilla venía decididamente por Martínez Fabré, cuando en realidad venían por Mariano. Él argumenta que comenzó a explicar que el jugador tenía un gran cuerpo, una talla impresionante, un salto que no veas, etc.” Carranza se sorprendía y decía que tampoco era para tanto su talla, pensando siempre que se refería a Mariano. Cuando descubrieron el error se rieron mucho. El CDSF puso precio: medio millón de pesetas. “Muy caro”, alegó el presi sevillista. Nos levantamos y nos fuimos. Esperamos fuera. Al cuarto de hora salieron y aceptaron la propuesta. Cheque al canto por la citada cifra y para La Isla.


No para de recordar las estrecheces económicas del equipo. Salían a las seis de la mañana en autobuses pequeños de Meliá. Viajaban el número exacto de jugadores, un delegado que iba rotando cada quince días y el presidente. “Me recorrí media España”, manifiesta sonriendo.
Para terminar una anécdota (otra más) superdivertida de leer. Último partido de liga. El CDSF se juega el descenso. Viaje a Cartagena. El Ceuta, también implicado en los puestos de abajo, juega en Alicante ante el Hércules. Parada para el desayuno en la venta Ruiz en Sevilla. Le confiesa a Chispa (que viajaba en calidad de delegado) que no tenía dinero ni para pagar el hotel donde nos íbamos a instalar, ni para el autobús ni para gastos extras, como el desayuno que estaban tomando. Llamamos por teléfono a Baleato, que siempre estaba ahí para ayudar. Nos dicen que estaba de negocios en Sevilla y que se instalaba en el hotel Colón. Cogí un taxi desde la venta Ruiz hasta Sevilla capital, dirección Colón. La sorpresa que se llevó cuando me vio aparecer por allí. Le conté el apuro económico. “Me mandó a recepción del hotel y que subiera una caja de zapatos que había depositado allí.” La caja estaba llena de billetes verdes. Sacó cincuenta mil pesetas y me dijo: “estas veinticinco mil pesetas para los gastos y estas otras veinticinco mil para que el Hércules le gane al Ceuta”. Sí, una prima a terceros. Así se hizo. Chispa y Sevillano no fueron a ver al CDSF a Cartagena sino que se plantaron en Alicante. La noche antes se ofreció la prima a los jugadores herculanos. Llegó el momento del partido Hércules – Ceuta. Los herculanos anotan su segundo gol (2-0). Chispa, cuenta Sevillano, me dijo que nos fuéramos antes de terminar el partido y nos quedábamos con las pesetas que hacían mucha falta al CDSF. Se levantaron y salió una mano por detrás que le tocó el hombro. ¡ Estaban vigilando ¡ No hubo manera de no pagar. Se me ocurrió bajar al vestuario del Ceuta para saludar a Ayala (tantos años con nosotros). Se equivocó porque cuanto Eduardo le vio que estaba allí, se imaginó que el Hércules estaba primado.


Definitivamente descendieron Villarrobledo y Ceuta. Albacete y CD San Fernando jugaron la promoción. El CD San Fernando la superó tras ganarle los dos partidos al Avilés.
Llevamos dos horas charlando y el tiempo ha volado rápidamente. Me invita a volver otro día y seguir contándome cosas. Acepto amablemente. Vale la pena escuchar tanta información de una persona tan valiosa e ilustrativa.
Gracias Don José Sevillano.










jueves, 2 de julio de 2009

En breve novedades

Estimados navegantes, debido a la convulsa y a la vez ilusionante situación en que se encuentra nuestro querido equipo tenemos un poco aparcado el tema de las entrevistas a ex azulinos. Ello no significa que no estemos trabajando sobre el tema. En breve esperamos publicar el siguiente reportaje de la saga que esperamos que os guste.
!Siempre CD San Fernando, viva el San Fernando CD¡